martes, 27 de noviembre de 2012

Jornada 38: Embalse de Buendía 24-11-2012

Lugar: Buendía

Fecha: 24 de Noviembre del 2012

Miembros: Alejandro, Alex y Pepe

Descripción:

Aquí estamos de nuevo Alejandro, Uge, Pepe y yo después de un tiempo de parón por diferentes motivos.

Ya teníamos demasiado mono como para quedarnos otra semana más sin pescar, así que decidimos acercarnos a Buendía, con poca fe ya que aparte de que se encontraba muy bajo, rondando el 23% de su capacidad total, sabíamos que es un embalse bolero donde los haya.


Alejandro decidió probar suerte tentando a los lucios y luciopercas con pez vivo, mientras Eugenio, Pepe y yo probamos suerte con señuelos artificiales.

Mientras Alejandro preparaba su material y se asentaba en la orilla, nosotros tres empezamos la marcha pateando orilla, sin avistamientos de peces, sin resultados positivos y destacando la cantidad de basura que viene siendo habitual en este pantano. 


Eran alrededor de las 9:30 cuando mi móvil sonó, era mi padre que decía que ya no se iba bolo puesto que un bonito lucio atacó su pez vivo. Dio un peso de 2.960 kg y tras una complicada foto ya que estaba solo, fue devuelto al agua sin sufrir daño alguno.


Después de una buena caminata volvimos al lugar de origen, nos encontramos con Alejandro y tras una charla volvimos a empezar a recorrer, esta vez, la orilla contraria. A la vez que avanzábamos nos dábamos cuenta de la cantidad de gente que había en el embalse, lo que corroboraba la presión a la que están sometidos los peces aquí.

Llegamos hasta un punto en el que no pudimos avanzar más y fue Pepe, como no, el que tras un buen cachetazo clavó lo que iba a ser su “quitabolos”, un lucio de 3.290 kg que dio bastante guerra y fue complicado de sacar.


Fue lo único que sacaríamos entre nosotros tres y ya de camino al lugar de partida, donde se encontraba Alejandro, decidí llamarle para ver qué tal se le estaba dando, con la sorpresa de que en ese mismo instante había sacado otro bonito ejemplar de lucio de 2.480 kg. Nos dimos prisa para fotografiarle y poder verlo entre todos. Mi padre se dio cuenta de que las dos picadas que había tenido habían sido durante los momentos en que el agua se encontraba más tranquila, tanto en las primeras horas de la mañana como en las últimas horas de la tarde, coincidiendo con la actividad general de los peces.


Tras esto, no conseguimos ninguna captura más y, aunque seguimos intentándolo durante otro buen rato, a Uge y a mi no nos sirvió de nada y nos fuimos para casa con un buen bolo cada uno, ¡otro día será!


Alex

lunes, 5 de noviembre de 2012

Jornada 37: Embalse de San Juan 01-11-2012

Lugar: San Juan

Fecha: 01 de Noviembre del 2012

Miembros: Alfonso y Pepe

Descripción:

Esta vez solo nos animamos a salir Pepe, Uge y yo. El destino, el Pantano de San Juan, aunque por el nivel de agua bien podría llamarse el “Charco de San Juan”.

Después de desayunar en un bar de la zona, llegamos al lugar propuesto con el día ya amanecido, pero bajo una densa niebla que hacía que el frío nos llegase hasta los huesos.

Una vez con las cañas montadas, nos dirigimos a la orilla, donde ya había algunos pescadores. A medida que íbamos pateando la orilla y hablando con la gente que nos cruzábamos, nos íbamos dando cuenta de que el día no se estaba dando nada bien.

Después de habernos dado una buena caminata, decidimos probar suerte hacia el otro lado, y justo en el sitio donde empezamos el día, Pepe tuvo una rápida y peculiar picada que hizo que se salvara del bolo con un bass de algo menos de medio kilo.



Al rato, nos encontramos con otros pescadores que estaban probando suerte con unas cucharillas. Uno de ellos, después de sufrir tres picadas de un pez justo delante de sus narices sin conseguir clavarlo, le ofreció a Uge probar suerte. Éste no se lo pensó dos veces y lanzó al sitio donde estaba atacando el pez, consiguiendo sacar el bass, que dio un peso de 720 g. ¡Que suerte tuviste Uge!



Y poco más en un día que fue bastante duro: una picada desperdiciada por mi parte por esperar demasiado antes de dar el cachetazo, con el consiguiente bolo.

Alfonso