jueves, 31 de julio de 2014

Jornada 20: Embalse de Orellana 27-07-2014

Lugar: Orellana

Fecha: 27 de Julio del 2014

Miembros: Alejandro, Alex, Eugenio, Juanmi y Pepe

Descripción:


Aun con legañas y con el cansancio acumulado del dia anterior, decidimos dar comienzo a otra jornada de pesca. Esta vez tardamos mucho menos en preparar los aparejos ya que todo estaba listo del dia anterior.

De nuevo los grupos de pesca eran Pepe, Alex y Alejandro en la barca (parecía que a Alejandro le había gustado la sensación de tener unos cuantos metros de agua bajo sus pies, jeje), Uge y su pato y yo con mi catamarán.

Al igual que en la jornada anterior, la primera hora de la mañana no fue muy calurosa, pero tampoco había noticias de los peces, salvo alguna carpa esporádica que nos mostraba su rojizo lomo en uno de sus múltiples saltos. Así, nos dieron las 9:30 aproximadamente, momento en el cual volví a abrir la lata. La verdad es que hacía muchísimas jornadas que no me centraba en los lucios y ya casi había olvidado los tirones repentinos tan bruscos que producen… En este caso, se trataba de un bonito ejemplar de 1.25 kg aproximadamente.



Tras otro período sin ninguna picada, fui yo el que de nuevo noté una fuerza al otro lado del sedal. Por la fuerza con la que tiraba sabía que se trataba de un lucio pequeñito, pero lo que no me esperaba es que un lucio pudiese saltar de la manera en que éste lo hizo. A pesar de ese magnífico salto, finalmente acabó cediendo, dando un peso en la báscula de 1.50 kg aproximados.



Posteriormente, y por la misma zona fue Alex el que consiguió clavar otro lucio. La verdad es que aunque no eran de gran tamaño, nos lo estábamos pasando bien con sus picadas. En este caso, otro buen ejemplar de 2.27 kg. Mientras tanto, Alejandro, Uge y sobre todo Pepe, a quien todavía no le olían las manos a pescado, seguían preguntándose como poder revertir su situación…



Entre tanto, Uge decidió probar suerte nuevamente con los basses, ya que la morfología y vegetación del embalse eran muy propicias para capturar algún bass.

Y de nuevo oímos salir hilo de un carrete de alguien de la barca… ¿Alejandro? ¿Pepe? Pues no, de nuevo Alex, a quien de seguir a ese ritmo le iban a acabar empujando fuera de la barca jeje. Otro ejemplar de un tamaño similar a los anteriores, oscilando los 1.70 kg. Estaba teniendo un espectacular fin de semana, y provocando que la envidia (siempre sana) se apoderase de nosotros…



No mucho después, Uge nos sorprendió, logrando clavar el black bass que tan insistentemente había estado buscando. Pero en este caso, el boca grande no era tan grande como él quería ya que pertenecía al grupo de los llamados palmeros, de menos de 250 gramos. Pero aun así, ¡enhorabuena Eugenio! Su perseverancia dio sus frutos.

Más tarde, esta vez sí fue Alejandro quien consiguió quitarse el bolo del día capturando un buen lucio de 1.77 kg. Parecía que le había cogido el gustillo a la barca, jeje. De esta manera dio por enterrado el gafe, cogiendo más fuerza y esperanza para futuras jornadas.



Por insólito que parezca, Pepe continuaba todavía bolo. Si hubiésemos tenido que apostar por quien creíamos que iba a pescar seguro durante estos días, casi todos lo habríamos hecho por Pepe. Pero he aquí lo bonito y sorprendente de la pesca: Impredecible.

Finalmente, decidimos poner rumbo al coche. Durante dicho trayecto Alex tuvo dos nuevas ocasiones de capturar sendos lucios, pero ambas picadas fueron fallidas. Una lástima, especialmente la última de ellas, ya que al observar al ejemplar en el agua pudimos observar que habría sido el lucio de mayor tamaño de ambas jornadas de pesca.

Finalmente, cabe destacar que el agua no se encontraba en sus mejores condiciones, ya que existían ciertas zonas con bastante verdín y además se encontraba bastante turbia. Pero a pesar de ello pudimos dar guerra y capturar bastantes lucios, principalmente. De esta manera concluimos una de las jornadas de pesca más intensas de todo el año. Alegrándonos de haber pasado un estupendo fin de semana y sintiéndolo por aquellos compañeros que no han podido asistir a la cita (especialmente a Alfonso, quien no pudo asistir a la cita por lesión y le deseamos una pronta recuperación), esperamos veros pronto visitando nuestro blog.

Juanmi

miércoles, 30 de julio de 2014

Jornada 19: Embalse de Orellana 26-07-2014

Lugar: Orellana

Fecha: 26 de Julio del 2014

Miembros: Alejandro, Alex, Eugenio, Juanmi y Pepe

Descripción:

Bueno, aquí estamos en las jornadas que iban a ser las últimas (en un principio) antes del parón vacacional de Agosto. Alejandro, Eugenio, Juanmi, Pepe y yo decidimos pasar el fin de semana en el querido embalse de Orellana, para despedir la primera parte del año, como debe ser, jejeje.

Después de hacer un recuento de todo lo necesario, nos pusimos rumbo al embalse el viernes por la tarde, para no pegarnos el madrugón y descansar un poquito más, aunque la cruda realidad no fue así…

Mientras Alejandro, Eugenio, Pepe y yo partimos desde Madrid, mi hermano hizo lo propio pero desde Córdoba, así que a eso de las 21:00 horas ya estábamos todos reunidos.

Pasamos la noche con un frío invernal, que poco podía envidiar a una noche en pleno otoño, pero al fin amaneció el sábado. El mono que teníamos todos por tentar a los lucietes era más que considerable así que todos empezamos a montar los bártulos lo antes posible. Alejandro, montando sus artilugios para probar suerte desde la orilla, Juanmi se dedicaría a tentarlos desde su catamarán, estrenando su motor eléctrico, recién adquirido, Uje, por su parte, lo intentaría desde su pato, y con aletas nuevas, mientras que Pepe y yo les daríamos caña desde la barca.

Una vez todos preparados y después de tomarnos nuestro cafecito calentito gracias a los inventos de Uje, empezamos la jornada.

Tardaron un poco en dar la cara, pero mi hermanito fue el primero en catarlos, primero con una picada que no logró materializar pero, poco después, con un luciete de aproximadamente medio kilo, que bien nos sentó a todos para seguir con esa esperanza puesta en este fin de semana.



Al poco tiempo de esto fui yo el que, ésta vez sí, uno más gordete hizo que me quitara el bolo al que en este embalse estamos tan poco acostumbrados. Un bonito pez de 3.43 kg asomó a la superficie, rindiéndose finalmente tras unos cuantos minutos de pelea.



Mientras seguíamos intentando hacernos con algún ejemplar más, el calor apretaba bastante, y podíamos llegar a los 35º sin ningún problema.

Eugenio, seguidamente, volvió a lucir otro bonito ejemplar desde su pato, acercándose a nosotros para tomarle las medidas correspondientes y soltarlo para que pudiera volver a su hábitat. Su peso fue de 1.63 kg.



Yo volvi a tener la suerte de encontrar resistencia en el puntal de mi caña, logrando sacar otro lucio que pasaba por poco el kilo de peso.



Con esto, Pepe no había conseguido aún notar ningún pez en el otro extremo de su caña, aunque por lo menos sabía que posibilidades podría tener.

Nos poníamos en las 13:30 y el calor empezaba a hacerse insoportable, así que decidimos realizar un parón para comer y charlar sobre la mañana. Mientras llegábamos al punto de partida, Alejandro nos comentaba que tampoco había tenido suerte, y que no había sentido ninguna picada tampoco desde la orilla.

Después de la comilona y dado que el calor, por el momento, se hacía insoportable, Pepe decidió echarse una cabezadita, y nosotros cuatro nos pusimos a echar unas partiditas a los dados, jejeje.

Eran las 17:30 aproximadamente cuando volvimos manos a la obra y pusimos rumbo nuevamente hacia las zonas fructíferas, en el caso de Pepe y mío con un nuevo inquilino, Alejandro, que decidió subirse con nosotros a la barca ya que desde orilla la suerte no le estaba acompañando, ¿la tendría ahora? ¿conseguiría romper el maleficio que estaba teniendo en las últimas semanas?

Juanmi y Uje decidieron tentar a los basses a ver si tenían suerte a lo largo de la tarde, y nosotros tres seguimos dando caña a los lucios.

De nuevo fui yo el que volvió a demostrar que lo que son lucios, alguno había activo, con un nuevo ejemplar de 770 g, que después de su fotillo, fue devuelto al agua sin daño alguno.



Pasaba el tiempo, Pepe y mi padre, no tenían señales de los peces, Eugenio y mi hermano tampoco, pero yo volví a catarlos, esta vez con otro pequeño lucio que no llegamos a fotografiar, debido a que durante la pelea se hizo bastante daño, así que nada más cogerlo, al agua, tal como haría todo buen pescador.

Seguíamos avanzando y el calor, poco a poco iba remitiendo, aunque la sensación de agobio seguía siendo muy molesta. La temperatura del agua, según la sonda, rondaba los 29º, lo que hacía que los peces estuvieran bastante menos activos que en otras ocasiones.

Ahora sí, Alejandro tuvo su gran oportunidad de romper con su maldita racha, y no la desaprovechó, ya que detrás de una bonita picada y una buena pelea, un lucio de 2.07 kg logró acabar en sus manos. No estaban siendo peces exageradamente grandes, pero nos hacían divertirnos bastante.



Pero esto no fue todo, ya que más o menos por la misma zona no llegó a pasar ni media hora cuando volvió a tener otra picada de otro exócido, esta vez algo más pequeño, de 710 g pero que supo a gloria después de todo este tiempo. ¡Enhorabuena!



En estos momentos, Pepe se estaba preguntando cuál sería su error, o qué estaría haciendo mal para no lograr ninguna picada. ¿O simplemente hoy no era su día?

Eugenio y Juanmi seguían sin tener noticias de los basses, llegando a deducir que el agua estaba a una temperatura demasiado elevada para la actividad de los centráquidos, aunque seguirían intentándolo hasta el final.

El día estaba llegando a su fin, se tornaban las 20:30 – 21:00 de la tarde y el sol empezaba a desaparecer, pero yo no estaba satisfecho, yo quería más, y así fue, otro lucio de aproximadamente 1.5 kg, al cual no pudimos tampoco fotografiar, logré conseguir antes de poner rumbo al punto de partida.

Merece la pena mencionar la preciada oportunidad que tuvo Juanmi mientras volvíamos, ya que un bass de sobradamente un kilo, que le entró al curricán, se le fue antes de poder siquiera reaccionar, aunque todos pudimos verlo haciéndole la torre.

Después de esto, ahora sí, a cenar y descansar un poco antes de afrontar la jornada siguiente, ¿qué tal se nos daría?

Alex  

miércoles, 9 de julio de 2014

Jornada 18: Río Tajo 05-07-2014

Lugar: Río Tajo

Fecha: 05 de Julio del 2014

Miembros: Alejandro, Alex, Alfonso, Eugenio y Pepe

Descripción:


Hola amigos, de nuevo otra jornada de deporte de riesgo y pesca-aventura, ya que cada vez nos ponemos nuevos retos, jijiji, en todos los aspectos.

Los compañeros de esta aventura seríamos: Alejandro, Alex, Alfonso, Pepe y yo, claro. Esta vez elegimos como destino el río Tajo.

Nos pusimos en marcha no sin antes parar en la que es como nuestra segunda y habitual sede para tomar un cafelito, intentar poner las ideas claras y determinar la zona a pescar.

Llegamos al punto del río elegido esperando que fuese un buen día de pesca pues la zona era nueva para todos nosotros y, además, últimamente no estamos teniendo grandes jornadas (salvo alguna excepción).

Después de montar nuestras cañas y aparejos, lo primero un palizón de tres pares de… para llegar hasta el agua y siendo una total decepción a primera vista ya que el agua estaba asquerosa literalmente, verde y mal oliente.



Esto nos hacía presagiar una jornada más difícil de lo habitual. Comenzamos a probar suerte y nueva decepción, viendo que el terreno era difícil de transitar, teniendo casi que tirar cuerdas y pioles para poder avanzar entre escalada y escalada, jijiji.

Continuamos adelante como valientes espartanos, jua jua jua, y el primero en tocar escamas sería Alfonso, con una carpa que consiguió clavar con su caña de cola de rata, la cual no pudimos pesar al estar separado del resto.



Los demás seguíamos intentándolo una y otra vez, sin suerte. Alejandro y yo nos quedamos rezagados y renegando mientras trepábamos montañas, como cualquier grupo de expedición de Calleja, jijiji.

Nos volvimos a juntar en otro punto y Alejandro, cansado de la situación, decidió abandonar la pesca y marchar al coche a descansar y recuperar fuerzas, cuando en ese mismo momento Pepe nos avisaba de su primera picada de bass, que no pudo materializar ya que le hizo la togrre acompañado de una peineta, ennn, jijiji.

Nuestro compañero veterano parece estar tocado con una varita mágica y tocando la tecla adecuada consiguió repetir una picada unos minutos después, pero esta vez sería un bonito y hermoso barbo comizo de 4.53 kg dándole una digna pelea para poder disfrutar del momento y alzándole hasta el récord de barbo del club. Como es evidente, después de su pesaje y medición fue devuelto a su hábitat sano y salvo aunque bastante agotado.



Pasado un cuarto de hora sería Alex el que clavaría un bass de 400 g que le pareció todo un trofeo, ya que se estaban vendiendo bastante caros los deseados peces.



Nuevo parón de picadas, así que decidimos cambiar de lugar, ya que también estábamos pensando en el compañero Alejandro que nos dejó algo rebotado.

Así, comenzamos el ascenso, que era como para pensárselo, pero no nos quedaba más remedio para llegar al coche. Poco a poco, recuperando el aliento, llegamos al final de la penitencia pasando un buen rato en compañía de los colegas y allí estaba Alejandro, quien nos contó que había dedicado su tiempo a buscar un mejor acceso al río, y lo encontró (olé).

Más tarde, pusimos rumbo a otra zona del mismo Tajo ya conocida por algunos compis, pero la misma historia, el agua sucia y demás movidas, pero aun así decidimos probar suerte y entonces sería yo el afortunado en clavar un bonito demonio verde de 640 g, quitándome el temido bolo que rondaba por mi cabeza, jijiji.



Cansados ya por el terreno intransitable y después de que Alfonso sufriera un pequeño percance (una aparatosa caída le dejó lesionado de una mano e incapacitado para pescar), decidimos poner pies en polvorosa.

Alejandro no tendría fortuna esta semana tampoco para quitarse el bolo, viendo el descenso inminente a tercera regional, jua jua jua (lo siento compañero).

Finalmente pusimos rumbo a casa, no sin antes parar a tomar un refrigerio y un bocata para reponer fuerzas, posteriormente, llegar al primer pueblo para tomarnos unas rubias fresquitas y finalmente llegar al punto de partida.

Eugenio


Vídeo de la jornada: